
El Gobierno de China emitió una contundente crítica al arancel del 10 % impuesto por la administración del expresidente Donald Trump a sus importaciones, aunque dejó abierta la posibilidad de entablar conversaciones que eviten un conflicto más profundo.
Pekín anunció que impugnará la medida ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y tomará “contramedidas” no especificadas en respuesta a la política comercial de Estados Unidos, que entrará en vigor el martes.
A diferencia de las represalias directas del pasado, la respuesta de China fue más moderada, marcando un cambio de tono en su estrategia.
En una declaración oficial, el Ministerio de Comercio de China afirmó que los aranceles “violan gravemente las normas comerciales internacionales” y exhortó a Estados Unidos a “entablar un diálogo franco y reforzar la cooperación”.
En su comunicado, China reiteró su disposición a colaborar en la lucha contra el fentanilo, resaltando sus esfuerzos en cooperación antidrogas con Estados Unidos.
Mientras tanto, la situación en la OMC ofrece un escenario incierto, dado que el sistema de resolución de disputas ha estado bloqueado desde 2019, lo que limita las posibles consecuencias inmediatas para Washington.