
La Franja de Gaza vive una de sus jornadas más críticas tras el reporte de 36 muertos en 24 horas, incluidos niños y un bebé. Los bombardeos sobre zonas civiles, como el ataque a tiendas de campaña en Jan Yunis, agravan la catástrofe humanitaria.
A la falta de alimentos se suma la presión sobre hospitales, donde algunos centros operan con una ocupación del 300 %. La ONU declaró oficialmente la hambruna, con más de medio millón de personas en hambre extrema.
Mientras tanto, en Israel crece el descontento social: 60% de la población considera que Netanyahu perdió la confianza del país. Sin embargo, su gobierno mantiene el curso de una estrategia militar que prepara la invasión terrestre en septiembre.
La combinación de crisis alimentaria, sanitaria y bélica coloca al enclave palestino en un escenario de colapso total.