
Después de 17 años de ausencia, Oasis saldó su deuda con los fanáticos mexicanos en un Estadio GNP Seguros repleto de energía y memoria.
El reencuentro de Liam y Noel Gallagher, tomados de la mano, marcó el inicio de un concierto que recorrió himnos generacionales como “Morning Glory” y “Wonderwall”.
La presentación estuvo precedida por señales de expectación: drones iluminaron Chapultepec con el logo de la banda y, en los alrededores, playeras, vinilos y gorras recordaban la vigencia del britpop. Ni la lluvia dispersó al público, que cantó en coro canciones que marcaron época.
El espectáculo combinó humor irreverente, complicidad entre los hermanos y guiños a The Beatles.
Cada acorde provocó constelaciones de luces y un mar de cuerpos balanceándose al unísono.
El cierre con “Champagne Supernova” confirmó que, pese a los conflictos pasados, la música sigue siendo su territorio compartido.