
El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, advirtió que los ataques contra Hamás aumentarán si persisten las violaciones al alto el fuego.
Tras un enfrentamiento en Rafah, el ejército israelí bombardeó posiciones del grupo y objetivos militares en Gaza.
Hamás negó su participación en los hechos, atribuyéndolos a una operación de la fuerza Radea contra una milicia rival encabezada por Yasser Abu Shabab, conocido por controlar ayuda humanitaria con permiso del ejército israelí.
El fuego cruzado, ocurrido apenas nueve días después del acuerdo de paz, refleja la fragilidad del cese de hostilidades. Horas más tarde, un dron israelí atacó un café en Deir al Balah, matando a cinco civiles y dejando diez heridos, entre ellos niños.
Testigos difundieron imágenes de las víctimas entre columnas de humo junto al mar. Pese al reciente alto el fuego, la violencia en Gaza continúa mostrando un equilibrio precario entre la tregua política y la tragedia humanitaria.
