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La tregua en Gaza atraviesa su punto más frágil. Hamás advirtió que no avanzará a la siguiente fase del acuerdo hasta que Israel abra un cruce clave, permita más ayuda y detenga ataques que han dejado 376 palestinos muertos desde el 10 de octubre. La exigencia es clara: cumplir primero lo pactado.
Israel asegura estar listo para el siguiente tramo del acuerdo, aunque insiste en que Hamás devuelva los restos del último rehén.
Mientras tanto, acusa al movimiento islamista de violar la tregua y justifica ataques en zonas que autoridades médicas describen como “seguras”.
La comunidad internacional sigue sin contener la crisis humanitaria, mientras Washington impulsa un plan para el futuro de la Franja.
Entre advertencias cruzadas, la tregua se sostiene en una lógica inestable: ambas partes reclaman cumplimiento mientras el territorio continúa desangrándose.
