
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reconoció la legitimidad democrática del triunfo de José Antonio Kast en Chile, pero advirtió sobre los riesgos implícitos en la reivindicación de figuras autoritarias como Augusto Pinochet.
Su posicionamiento combinó respeto al voto popular con una crítica histórica al autoritarismo y a la injerencia extranjera.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum subrayó que la democracia no puede desligarse de la memoria histórica, recordando que el régimen pinochetista fue producto de un golpe de Estado con respaldo externo.

En ese contexto, expresó su expectativa de que el nuevo gobierno chileno actúe con apego pleno a los principios democráticos.
La mandataria también abordó la situación regional, diferenciando entre conflictos internos y llamados abiertos a la intervención extranjera. Reiteró que México mantiene una postura firme contra cualquier forma de intervencionismo, defendiendo la autodeterminación de los pueblos como eje de su política exterior.
Al contrastar distintos escenarios latinoamericanos, Sheinbaum dejó claro que no toda alternancia ideológica implica un retroceso democrático, pero sí resulta preocupante cuando se normaliza la exaltación de regímenes autoritarios, una línea que, afirmó, no debe cruzarse.
