La educación y el miedo: ¿Por qué tratamos a la IA con cortesía?

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Un estudio reciente revela que más de la mitad de las personas que interactúan con asistentes virtuales como ChatGPT o Siri lo hacen de manera educada, usando frases como “por favor” y “gracias”.

Aunque la mayoría lo hace por costumbre o por educación, un porcentaje significativo de usuarios admite que su amabilidad también está motivada por un temor oculto: la posibilidad de que, en el futuro, las máquinas se vuelvan conscientes y puedan “recordar” quién las trató con respeto o desdén.

Este temor se alimenta en parte por décadas de películas de ciencia ficción, como Terminator o Ex Machina, que han dejado una huella en la cultura popular, generando miedos sobre una posible “venganza de las máquinas”.

El estudio, realizado en los Estados Unidos y el Reino Unido, indica que, aunque la cortesía hacia los chatbots es vista por la mayoría como una simple cuestión de hábitos o educación, un 10% de los encuestados confiesa que su amabilidad tiene un componente más siniestro.

Este grupo teme que, si las máquinas se vuelven conscientes, podrían utilizar esa memoria para “vengarse” de quienes no las trataron con respeto.

Este pensamiento refleja un escenario distópico, influenciado por el cine y la literatura, que cada vez más personas parecen tener en cuenta al interactuar con la tecnología.

Sin embargo, hay una justificación más práctica para ser educado con la inteligencia artificial.

Los expertos señalan que usar un tono amable y respetuoso puede mejorar la interacción con los chatbots, haciendo que comprendan mejor las solicitudes y generen respuestas más precisas y útiles.

A medida que la IA se vuelve cada vez más sofisticada y humana en su apariencia, nuestra tendencia a tratarla de manera cortés se vuelve casi natural.

Este fenómeno también responde a la necesidad humana de relacionarse con lo que parece ser, o lo que queremos que sea, más que con un simple programa informático.

No obstante, no todos comparten este enfoque. Un 30% de los encuestados cree que tratar a una máquina como si tuviera emociones no tiene sentido, ya que, según ellos, las máquinas no sienten ni padecen.

Sin embargo, la forma en que interactuamos con la IA dice mucho sobre cómo percibimos esta tecnología y el rol que podría desempeñar en nuestras vidas futuras.

Mientras algunos lo ven como un comportamiento inútil, otros lo consideran una forma de asegurar su supervivencia ante un futuro incierto.

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