
Nissan Motor está evaluando trasladar parte de su producción de vehículos destinados al mercado estadounidense desde Japón hacia Estados Unidos, informó el diario Nikkei este sábado.
La decisión, impulsada por los aranceles comerciales impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, busca mitigar el impacto económico de esas medidas.
La compañía japonesa planea reducir la producción en su fábrica de Fukuoka y trasladar parte de la fabricación del popular SUV Rogue a la planta de Smyrna, Tennessee, de acuerdo con el reporte.
De hecho, Nissan mantendrá ahora dos turnos de producción del Rogue en esa planta, revirtiendo un anuncio previo de reducción de un turno.
La estrategia de Nissan también incluye suspender la recepción de nuevos pedidos en Estados Unidos de los SUV Infiniti QX50 y QX55, fabricados en su planta conjunta con Mercedes-Benz en México, debido a los aranceles recientemente impuestos.
Aunque la producción de dichos modelos continuará para otros mercados, hay datos que sugieren que la mayoría de su producción se destinaba a Estados Unidos.
Los movimientos de Nissan se producen en un contexto de dificultades financieras para la automotriz, incluyendo recortes en las previsiones de beneficios y la degradación de su deuda.
La empresa, liderada por su nuevo CEO Iván Espinosa, enfrenta el reto de modernizar su gama de vehículos y adaptarse a las nuevas políticas comerciales, particularmente ante su alta exposición a los aranceles por la exportación de vehículos desde México a Estados Unidos.