
A más de 25 años del rescate bancario impulsado durante el gobierno de Ernesto Zedillo, México continúa recurriendo al endeudamiento público para cubrir los pasivos derivados de esa crisis financiera.
Solo en 2025, el gobierno federal emitirá 254 mil 400 millones de pesos en deuda para refinanciar las obligaciones del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), sucesor del Fobaproa.
Esta estrategia, consistente en endeudar al país para cubrir deudas privadas, implica que, a pesar de haber pagado más de 2 billones de pesos en intereses desde 1995, aún se adeuda más de un billón por el rescate bancario.
En el primer trimestre de 2024, el IPAB destinó 107 mil 4 millones de pesos al pago de capital e intereses de esa deuda.
El esquema permite que los mismos bancos, ahora en su mayoría con dueños extranjeros, se beneficien de los intereses generados por los bonos emitidos para financiar el rescate.
Aunque desde 2022 los pequeños ahorradores pueden acceder a bonos IPAB por medio de Cetes Directo, anteriormente solo bancos e inversionistas institucionales se beneficiaban de estos réditos.
El IPAB justifica la dinámica como un “mecanismo de refinanciamiento de pasivos”, es decir, emitir deuda nueva para pagar la antigua.
Para 2025, se proyecta una emisión neta de deuda de 15 mil 236.6 millones de pesos, lo que consolida la transformación de la deuda bancaria original en un pasivo en los mercados financieros, donde la totalidad de las obligaciones del IPAB corresponde a bonos emitidos por el organismo.