
Al menos 27 palestinos fueron asesinados este martes por el Ejército de Israel mientras esperaban el reparto de alimentos en Ráfah, al sur de Gaza.
Según reportes del Comité Internacional de la Cruz Roja, otras 157 personas resultaron heridas. El ataque ocurrió en las inmediaciones de un punto de distribución de ayuda humanitaria, en un contexto de creciente desesperación civil por conseguir comida.
El Ejército israelí admitió haber abierto fuego, alegando que varios individuos “avanzaban de forma amenazante” hacia sus tropas.
A pesar de que los disparos ocurrieron a unos 500 metros del centro de distribución, la versión oficial no ofreció pruebas que acreditaran la supuesta amenaza.
El hecho ha sido condenado por organismos internacionales y ha intensificado las críticas al accionar militar israelí en zonas civiles.
La Fundación de Ayuda para Gaza (GHF), entidad respaldada por Israel y Estados Unidos encargada del reparto humanitario, se deslindó de responsabilidades, argumentando que el incidente ocurrió fuera de su zona segura.
Sin embargo, organizaciones locales acusan que los civiles son forzados a desplazarse hacia estos puntos de distribución como única alternativa para obtener alimento.
Desde que GHF asumió el control de la ayuda el pasado 26 de mayo, más de cien personas han muerto en ataques cercanos a estos centros.
El suceso del martes vuelve a poner en evidencia el colapso humanitario que atraviesa la Franja de Gaza, donde buscar comida se ha convertido en una acción de alto riesgo.