
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) intensificó sus operativos durante el mes de junio, alcanzando cifras récord de detenciones y generando un amplio debate sobre la legalidad y legitimidad de sus métodos.
Según reportes de NBC News, el 5 de junio se convirtió en la jornada con más arrestos en lo que va del año con más de 2 mil 200 personas detenidas en todo el país.
Un número considerable de ellas acudieron voluntariamente a revisiones migratorias y fueron aprehendidas al momento de su comparecencia.
Entre los arrestados se encontraban beneficiarios del programa “Alternativas a la Detención”, lo que ha desatado señalamientos de uso engañoso de citatorios como herramienta de captura.
Por su parte, Reuters documentó que la administración federal triplicó la meta diaria de detenciones pasando de mil a 3 mil, lo que críticos califican como una política de detención masiva y sin criterio de prioridad.
En ciudades como Los Ángeles, se han reportado redadas en centros laborales y estaciones de transporte, incluyendo 44 detenciones solo el 6 de junio.
Organizaciones civiles y defensoras de derechos humanos han denunciado un patrón de detenciones que prioriza la cantidad sobre el perfil delictivo, lo cual debilita el principio de debido proceso y deteriora la confianza entre comunidades migrantes y autoridades.
La creciente presión sobre ICE pone en el centro del debate la necesidad de una política migratoria más transparente, humana y sujeta a controles democráticos.