
Cada 27 de enero, el mundo se detiene para conmemorar uno de los episodios más oscuros de la historia humana: el Holocausto.
En esta fecha, se recuerda a las millones de víctimas que perecieron bajo el régimen nazi entre 1941 y 1945, un periodo marcado por la intolerancia, el odio y la violencia sistemática.
Más allá de las cifras, el 27 de enero invita a la reflexión sobre las atrocidades cometidas, un recordatorio sombrío que busca evitar que la memoria histórica se desvanezca con el paso del tiempo.
La fecha tiene un significado particular, ya que el 27 de enero de 1945 las tropas soviéticas liberaron el campo de concentración de Auschwitz, el cual simboliza la magnitud de las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial.
En ese campo, más de un millón de personas fueron asesinadas, siendo la mayoría judíos, pero también gitanos, prisioneros de guerra soviéticos, discapacitados y otros grupos perseguidos.
Auschwitz se erige como un lugar emblemático de sufrimiento, pero también como un símbolo de la resistencia frente al olvido y la negación de la historia.
El Día Internacional de Conmemoración no solo representa un homenaje a las víctimas, sino también una oportunidad para reflexionar sobre los peligros del odio y la intolerancia en el presente.
En un mundo cada vez más polarizado, esta fecha se convierte en un recordatorio para las nuevas generaciones sobre la necesidad de luchar contra todas las formas de discriminación y violencia.
El lema “Nunca más” debe trascender como un principio rector en la construcción de una sociedad más justa y respetuosa.
A través de diversas actividades educativas, exposiciones, momentos de silencio y testimonios de sobrevivientes, el 27 de enero se convierte en una jornada para preservar la memoria histórica.
En un contexto global donde los discursos de odio y la xenofobia se han incrementado, esta conmemoración reitera que el único camino hacia un futuro mejor es aquel construido sobre los valores de la tolerancia, el respeto y la dignidad humana.
Porque recordar es vivir, y vivir es nunca olvidar.