
Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente López Obrador, defendió públicamente su reciente viaje a Japón tras las críticas recibidas por el presunto lujo del mismo.
En un extenso comunicado, aseguró haber costeado con recursos propios cada aspecto de su estancia, incluida una tarifa hotelera de 7 mil 500 pesos por noche con desayuno incluido. Negó haber viajado en aeronaves privadas o militares, detallando que hizo escala en Seattle antes de abordar un vuelo comercial a Tokio.
López Beltrán, actual secretario de Organización de Morena, denunció una supuesta campaña de espionaje y linchamiento político en su contra, promovida —según él— por “conservadores hipócritas”.
Acusó a ciertos medios de pertenecer al “hampa del periodismo” y de contribuir a una narrativa de odio y clasismo. Rechazó haber actuado con ostentación y reiteró su compromiso con la “justa medianía”, asegurando que su conducta se apega a los valores heredados de su familia y del legado juarista.
Aunque no identificó a los responsables de la filtración de fotografías en tiendas de lujo en Tokio, los vinculó con una supuesta estrategia para desprestigiar a su familia y al movimiento de la Cuarta Transformación.
Reafirmó su respaldo a la presidenta Claudia Sheinbaum y al principio rector del proyecto que representa: “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”.