
Los ataques aéreos israelíes recrudecidos desde el lunes han dejado más de un centenar de muertos palestinos en menos de 48 horas, según el Ministerio de Sanidad local.
Sólo en la jornada del lunes murieron 88 personas; este martes la cifra preliminar sumó otra veintena, mientras equipos de rescate recuperaron cinco cuerpos adicionales entre ruinas dispersas por toda la Franja.
Las labores humanitarias están al límite. Autoridades palestinas estiman que unos 2 mil 500 cadáveres permanecen atrapados bajo edificios colapsados en zonas sujetas a órdenes de desplazamiento forzoso, lo que impide el acceso de defensa civil.
La falta de maquinaria pesada agrava la tragedia: sin cese al fuego, remover escombros resulta casi imposible.
Los hospitales, especialmente en el norte, han colapsado; prácticamente ninguno sigue operativo. En las últimas 24 horas más de 200 heridos llegaron a los pocos centros que aún funcionan, saturando quirófanos y agotando suministros.
Responsables sanitarios reiteraron que un alto al fuego inmediato permitiría acelerar rescates y reducir la mortalidad evitable.
Cada hora sin maquinaria y sin corredores seguros amplía la brecha entre los muertos contados y los aún sepultos.