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Las principales economías del Cono Sur, Brasil, Chile y Colombia, se reunieron con el presidente chino Xi Jinping en el marco de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), evidenciando un descontento con la política de Estados Unidos hacia la región.
El encuentro, que excluyó a México, se produce en un contexto de críticas al “maltrato” percibido por parte de Estados Unidos bajo la administración Trump, y una visión de Washington como un país “agresivo” y “autoritario”, según fuentes cercanas a los gobiernos de izquierda de Latinoamérica.
Durante la sesión de apertura, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó el actual sistema de gobernanza global, argumentando que “ya no refleja la diversidad que habita la Tierra”.
En contraste con las “amenazas y planes de una mayor exclusión” provenientes de Estados Unidos, Xi Jinping ofreció a la región un paquete de créditos por 9 mil 200 millones de dólares, así como una política de exención de visado para cinco países latinoamericanos, prometiendo ampliarla a más naciones en el futuro.
Lula también lamentó las “distorsiones” en el comercio internacional, en referencia a la guerra comercial desatada por Donald Trump, abogando por fortalecer la industria e innovación en la región a través de la cooperación Celac-China.
El canciller chino, Wang Yi, resaltó que América Latina “no es el patio trasero de nadie”, subrayando el respeto a la soberanía y autonomía de la región.
El acercamiento a China se suma a una creciente integración económica, con más de 20 países de la región sumándose a la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
El volumen comercial entre China y América Latina alcanzó un récord de 518 mil 467 millones de dólares en 2024, duplicando el nivel de hace una década.
China también ha implementado más de 200 proyectos de infraestructura y proporcionado miles de becas y plazas de capacitación para latinoamericanos.
