
En la apertura de la COP30, en Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva advirtió que los 65 principales bancos globales inyectaron 869 mil millones de dólares al sector del petróleo y el gas, mientras que la guerra en Ucrania provocó la reapertura de minas de carbón y el retroceso en la reducción de emisiones.
Lula destacó que el modelo energético actual, basado en los combustibles fósiles, es insostenible. Recordó que en 2024 la temperatura global media superó los +1.5 °C respecto a la era preindustrial.
Asimismo, reprochó que el gasto mundial en armas duplique los recursos destinados a la acción climática, lo que “allana el camino hacia el apocalipsis climático”.
Con ese llamado, Lula situó el financiamiento bancario y el conflicto geopolítico como los principales obstáculos para la transición energética, colocando el debate ambiental en el corazón de la diplomacia global.
