
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro fue trasladado a la sede de la Policía Federal en Brasilia para colocarle una tobillera electrónica, tras orden de la Corte Suprema, que lo procesa por intento de golpe contra Luiz Inácio Lula da Silva.
La resolución judicial prohíbe además su acceso a redes sociales y contacto con diplomáticos extranjeros o implicados en la causa. La defensa calificó las medidas de severas, aunque aseguró que Bolsonaro ha cumplido la ley.
El Supremo actúa ante indicios de obstrucción y posibles planes de fuga a EE.UU., donde su hijo Eduardo Bolsonaro gestiona apoyo político con aliados de Donald Trump, quien pide frenar el juicio.
Para el tribunal, las restricciones son clave para proteger la investigación y evitar presiones externas sobre un caso que amenaza la estabilidad institucional del país.