
Hace tres años, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador cuestionó públicamente a jueces federales por haber dejado en libertad a Ramón N., alias “Moncho” o “R1”, señalado como operador de alto nivel del Cártel Jalisco Nueva Generación y hoy identificado por autoridades federales como presunto autor intelectual del asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo. El jefe criminal permanece prófugo.
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En aquella conferencia del 24 de noviembre de 2022, López Obrador denunció que la liberación ocurrió durante un “sabadazo”, pese a los antecedentes del acusado por delincuencia organizada y delitos contra la salud. Reprochó que decisiones así alimentaran un clima de impunidad y afirmó que el Consejo de la Judicatura tampoco investigaba estos casos.
Esta semana, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, confirmó que “R1” es pieza clave en el crimen de Manzo y advirtió que se mantiene su búsqueda.
Según lo expuesto entonces, la jueza del Juzgado Primero de Procesos Penales Federales en Jalisco ordenó la liberación inmediata del presunto criminal, y un segundo juez en Sonora fue instruido para acatar la resolución y notificar al penal federal en Hermosillo.
A pesar de contar con cinco antecedentes penales vinculados a secuestro, delincuencia organizada y operaciones del CJNG, “R1” fue absuelto en cada proceso por desvanecimiento de pruebas y ausencia de testigos.
Su historial incluye la detención de 2012 junto con sus hermanos Rafael N. y Jesús Santiago N., identificados como parte de la misma estructura criminal.



