
Un estudio coordinado por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en colaboración con las universidades de Guanajuato y Aguascalientes, reveló que los sicarios no son un grupo homogéneo, sino que responden a perfiles psicológicos distintos y complejos.
La investigación, dirigida por expertos en psicología criminal, identificó cuatro tipos de asesinos a sueldo: marginal, antisocial, psicopático y sádico. Cada uno presenta motivaciones particulares y un desarrollo conductual marcado por su entorno y estructura psíquica.
Sicario marginal
Este perfil corresponde a individuos provenientes de contextos de pobreza extrema y marginación social.
Tienen escasa o nula educación, limitadas habilidades cognitivas y una alta susceptibilidad a la manipulación.
Suelen mostrar impulsividad, consumo frecuente de alcohol y drogas, así como ansiedad al cometer sus primeros actos delictivos.
Su motivación criminal radica principalmente en la urgencia económica y la falta de oportunidades legales de subsistencia.
Sicario antisocial
Originado en entornos violentos de clase baja o media baja, el sicario antisocial ha crecido en contextos donde el delito es una forma aceptada de vida.
Proviene de familias disfuncionales, con experiencias de abuso, consumo de sustancias y rechazo escolar.
Muestra rasgos de personalidad como agresividad, impulsividad, baja tolerancia a la frustración y un deseo constante de reconocimiento.
Su motivación combina la ganancia económica con la búsqueda de poder, venganza y estatus social.
Sicario psicopático
Este tipo de sicario presenta un desarrollo emocional profundamente alterado, caracterizado por la ausencia de empatía, remordimiento y vínculos afectivos saludables.
Desde la infancia manifiesta conductas antisociales como mentir, robar o agredir, y ve el asesinato como una actividad laboral, no moralmente reprobable.
Tiene una alta capacidad de análisis, liderazgo dentro de organizaciones delictivas y una frialdad que lo hace extremadamente peligroso.
Su motivación puede incluir tanto el beneficio económico como la satisfacción por el control absoluto sobre sus víctimas.
Sicario sádico
Aunque comparte algunos rasgos con el perfil psicopático, el sicario sádico se distingue por encontrar placer físico, emocional o incluso sexual en infligir dolor.
No solo ejecuta, sino que prolonga el sufrimiento de sus víctimas con métodos particularmente crueles.
Su motivación es estrictamente psicológica, impulsada por pulsiones de odio, venganza o humillación.
Este perfil busca saciar sus deseos a través del sufrimiento ajeno, lo que lo convierte en el tipo de sicario más brutal y perturbador según los expertos.