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El Gobierno de Estados Unidos desclasificó más de 230 mil páginas sobre el asesinato de Martin Luther King Jr., ocurrido en 1968 en Memphis.
La fiscal general Pam Bondi anunció la publicación junto a Alveda King, sobrina del líder, en un gesto de transparencia respaldado por el presidente Trump.
Alveda King agradeció la apertura de archivos como paso hacia la verdad histórica. El Centro King, fundado por la viuda de King, criticó el timing: teme que la divulgación distraiga de injusticias vigentes. Martin Luther King III y Bernice King apoyan la transparencia pero rechazan cualquier uso que mine el legado del reverendo.
Historiadores y curadores esperan acceso a los expedientes de vigilancia del FBI, incluidos reportes derivados del programa COINTELPRO que buscó desacreditar al movimiento de derechos civiles.
Analistas recuerdan que la misma oficina que investigaba amenazas también desplegó campañas de difamación contra King.
La masiva liberación documental no promete respuestas definitivas sobre conspiraciones, pero sí una oportunidad para reevaluar la interacción entre seguridad nacional, persecución política y resistencia antirracista.
La interpretación cuidadosa de los archivos será clave para honrar memoria, contexto y justicia pendientes.
