
El Festival Internacional de Narrativa Gráfica concluyó ayer en Puebla con una afluencia de más de 20 mil asistentes.
Las actividades, centradas en la relación entre texto y artes visuales, incluyeron talleres de fanzines, conversatorios con historietistas de Brasil, Francia y Japón, y exposiciones sobre memoria histórica.
Destacó la intervención urbana “Historias de Muro”, actividad que transformó muros del centro en cómics monumentales con memoria colectiva.
Organizado por la Secretaría de Cultura estatal, el evento recibió financiamiento público federal y privado, con más de 50 actividades gratuitas.
Su propósito fue fomentar el acceso inclusivo al cómic como forma de expresión cultural y herramienta de cohesión comunitaria.
Autores jóvenes pudieron presentar obras autogestivas y reflexionar sobre identidad, migración y derechos humanos. La integración de narrativas visuales con temáticas sociales buscó generar puentes entre creadores y público.
Críticos celebraron el alcance del festival, que tras siete ediciones ratifica a Puebla como semillero del cómic mexicano. Planean consolidar la oferta en ediciones posteriores e involucrar a más municipios regionales.