
La explosión de imágenes generadas por inteligencia artificial al estilo del Studio Ghibli provocó un colapso temporal en la versión gratuita de ChatGPT y reavivó la polémica sobre el uso de la IA en la creación artística.
Desde el lanzamiento de la versión actualizada del generador de imágenes de OpenAI el 25 de marzo, los usuarios inundaron la plataforma con representaciones inspiradas en la icónica estética del estudio japonés, conocido por películas como “El niño y la garza”, “El castillo vagabundo” y “Mi vecino Totoro”.
La avalancha de solicitudes saturó los servidores, obligando a OpenAI a implementar límites de uso en la versión gratuita.
“Es muy divertido ver a la gente disfrutar de las imágenes en ChatGPT, pero nuestras GPU se están derritiendo”, admitió Sam Altman, CEO de OpenAI, anunciando medidas temporales para gestionar la demanda.
Si bien la tendencia fue celebrada por muchos como un homenaje al Studio Ghibli, también ha generado críticas por parte de artistas y animadores, quienes se oponen al uso de la IA en la creación de contenido.
Resurgió un video de 2016 donde Hayao Miyazaki, fundador del Studio Ghibli, expresa su descontento con la IA: “Jamás desearía incorporar esta tecnología a mi trabajo. Siento profundamente que es un insulto a la vida misma”.
Además del debate ético, la “fiebre Ghibli” visibilizó el impacto ambiental del uso intensivo de la IA.
Se estima que cada imagen generada requiere entre 0.5 y 2 litros de agua, y el consumo total durante esta tendencia superó los 216 millones de litros en tan solo cinco días, de acuerdo con datos de ChatGPT.
El Departamento de Energía de Estados Unidos prevé que el uso de energía en centros de datos de IA podría triplicarse para 2028, exacerbando aún más las preocupaciones ambientales.