
En el corazón de la Franja de Gaza, la población civil enfrenta no solo la violencia de los bombardeos, sino un asedio que ha convertido el hambre en un instrumento de exterminio.
Mientras la comunidad internacional debate treguas y resoluciones, el bloqueo total impuesto por Israel desde octubre de 2023 ha diezmado las condiciones de vida de más de 2.2 millones de personas, provocando una emergencia alimentaria sin precedentes.
En los últimos días, las imágenes de civiles asesinados mientras esperaban ayuda humanitaria han estremecido al mundo.
Según reportes de Associated Press y Al Jazeera, al menos 67 personas murieron cuando las fuerzas israelíes abrieron fuego contra multitudes desesperadas en busca de comida en Gaza City y Khan Younis. A esto se suma la imposibilidad de entrada de convoyes humanitarios: la escasez de alimentos, agua y medicamentos ha alcanzado niveles críticos.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) y organizaciones como Human Rights Watch advierten que el hambre está siendo utilizada como arma de guerra. “Privar intencionalmente a una población civil de alimentos constituye una violación del derecho internacional humanitario”, han señalado.
Mientras tanto los ataques no cesan. Sólo entre el 29 y 30 de junio, más de 72 personas murieron por bombardeos israelíes, incluidos niños y mujeres, según el Ministerio de Salud de Gaza. El hospital Al-Awda y zonas residenciales como Shuja’iyya y Deir al-Balah han sido blanco recurrente de estos ataques, agravando aún más la crisis humanitaria.
En Cisjordania, la violencia de colonos y fuerzas israelíes también cobra vidas. Las restricciones impuestas a comunidades palestinas rurales han cortado sus cadenas de suministro y destruido cultivos, extendiendo el hambre más allá de Gaza.
La omisión de la comunidad internacional resulta cómplice. Sin un alto al fuego inmediato y la apertura de corredores humanitarios, la hambruna en Gaza se convierte en un mecanismo deliberado de aniquilación civil.
El hambre, hoy, no es sólo consecuencia de la guerra: es su herramienta más brutal.