
El ministro de Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, afirmó que su país no negociará con Estados Unidos ni con otros actores internacionales mientras Israel continúe con su ofensiva militar, acusando a Washington de ser “socio” en los crímenes.
Teherán denunció además el ataque israelí contra el reactor de agua pesada de Arak protegido por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y exigió al Consejo de Seguridad de la ONU pronunciarse.
Araqchi advirtió que este ataque representa una violación al Tratado de No Proliferación Nuclear, del cual Irán es firmante, a diferencia de Israel.
Reclamó que la resolución 487 de la ONU que condena este tipo de acciones, debe aplicarse con imparcialidad para no socavar el régimen global de no proliferación.
El canciller iraní también denunció un intento de asesinato en su contra presuntamente planeado por Israel, previo a su viaje a Suiza, lo que agrava las tensiones regionales. La situación refleja un punto de no retorno en las relaciones diplomáticas.
Irán reafirma su postura: no habrá conversaciones mientras persista la agresión, y responsabiliza a la comunidad internacional por permitir ataques a infraestructura nuclear.