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Irán lanzó una ofensiva con misiles sobre ciudades israelíes que dejó al menos 10 muertos y más de 200 heridos, en lo que constituye el tercer día consecutivo de enfrentamientos directos.
El impacto más grave se produjo en Bat Yam, donde murieron seis personas, incluidos dos menores.
Los proyectiles alcanzaron también las ciudades de Tamra y Rehovot, provocando víctimas civiles y daños a instalaciones sensibles como el Instituto Weizmann.
A pesar de su defensa antimisiles, Israel no logró interceptar todos los ataques, lo que evidencia vulnerabilidades ante ofensivas masivas.
Israel respondió bombardeando infraestructura militar y energética en Irán, incluyendo dos refinerías y centros nucleares.
El gobierno de Benjamin Netanyahu reiteró que actuará con “toda la fuerza necesaria”, mientras que Teherán acusa a Estados Unidos de colaborar activamente en los ataques.
El conflicto ha provocado la cancelación de vuelos civiles en Israel y el cierre de las negociaciones nucleares con Irán.
Las tensiones amenazan con prolongarse en una región ya marcada por décadas de inestabilidad, según advierten analistas internacionales.
