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En una escalada sin precedentes, Irán lanzó este 13 de junio una andanada de misiles balísticos contra Tel Aviv en represalia por la ofensiva aérea israelí que, horas antes, había golpeado instalaciones nucleares estratégicas en Teherán.
Las explosiones sacudieron la capital israelí al amanecer, activando las alarmas antiaéreas y provocando escenas de pánico.
Las autoridades confirmaron daños estructurales en zonas urbanas y un número no determinado de víctimas, mientras el sistema antimisiles Cúpula de Hierro interceptaba parte de los proyectiles.
Es la primera vez que Irán ataca directamente territorio israelí con misiles de alcance medio, marcando una nueva fase en el conflicto regional.
El ataque iraní se produjo en respuesta directa a la “Operación León Ascendente”, en la que Israel bombardeó más de 100 objetivos militares y científicos en Irán, incluyendo centros de enriquecimiento de uranio, bases de la Guardia Revolucionaria y laboratorios clave del programa nuclear.
Según medios estatales iraníes, la ofensiva causó la muerte de altos mandos militares y científicos nucleares.
Israel justificó el ataque como una acción preventiva frente a lo que calificó como un avance “irreversible” del programa nuclear iraní, el cual, pese a sus fines civiles declarados, ha sido objeto de múltiples advertencias por parte de la OIEA.
La reacción iraní representa un punto de quiebre en la larga confrontación entre ambos países, que por décadas se ha manifestado a través de guerras subsidiarias, ciberataques y operaciones encubiertas.
El uso abierto de misiles balísticos y bombardeos a gran escala sobre centros urbanos sugiere que la contención tradicional ha sido superada.
Voceros iraníes calificaron el ataque a Tel Aviv como “el comienzo de una respuesta proporcionada” y advirtieron que habrá más acciones si se repiten agresiones sobre su territorio.
Estados Unidos, aliado histórico de Israel, ordenó la evacuación parcial de su personal diplomático en Medio Oriente e hizo un llamado a la “desescalada inmediata”, aunque diversas fuentes señalan que Washington proporcionó inteligencia satelital a Israel antes de su ofensiva.
Las conversaciones sobre el acuerdo nuclear con Irán (JCPOA) permanecen suspendidas, y analistas internacionales advierten que el conflicto podría provocar una ruptura definitiva del equilibrio geopolítico en la región, acercando el espectro de una guerra directa entre potencias nucleares o con ambiciones nucleares latentes.
