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El Gobierno de Israel ha aprobado el plan militar de Benjamín Netanyahu para ocupar la Ciudad de Gaza, tras una reunión de diez horas del Gabinete de Seguridad.
El objetivo declarado es “derrotar a Hamás”, aunque no se especifica el futuro del resto del enclave.
El plan incluye el control militar de la ciudad y el suministro de ayuda humanitaria fuera de las zonas de combate, así como la aplicación de cinco principios: desarme de Hamás, retorno de rehenes, desmilitarización de la Franja, control israelí de la seguridad y una administración civil ajena a Hamás y a la Autoridad Palestina.
Aunque Netanyahu expresó a medios su intención de ocupar toda la Franja y mantener un “perímetro de seguridad”, el comunicado oficial solo confirma la operación en Ciudad de Gaza. La ONU advierte de “consecuencias catastróficas” para la población.
El plan, según medios israelíes, busca desplazar forzosamente a más de un millón de personas hacia zonas saturadas en el sur.
Actualmente, se estima que 50 rehenes siguen en manos de las milicias palestinas, de los cuales una veintena estaría viva.
El proyecto militar se presenta en un contexto de tensiones internas en Israel y rechazo internacional por el impacto humanitario que podría desencadenar.
