
El Gobierno de Gaza denunció este viernes el hallazgo de pastillas de oxicodona, un potente opiáceo, en bolsas de harina entregadas en centros de ayuda vinculados a Israel y Estados Unidos.
Según testimonios recabados por autoridades locales, algunas pastillas estaban ocultas intactas, mientras que otras habrían sido molidas e integradas a la harina.
La Oficina de medios del Ejecutivo gazatí calificó este acto como un atentado contra la salud pública y parte de una política sistemática de “genocidio encubierto”.
“Buscan destruir el tejido social palestino desde adentro”, acusó el gobierno, encabezado por Hamás.
La denuncia llega en un contexto de profunda crisis humanitaria: cerca de 500 palestinos han muerto en puntos de distribución de ayuda, asesinados por disparos del ejército israelí, de acuerdo con cifras oficiales.
El diario Haaretz reveló que los soldados tienen orden de disparar para dispersar a las multitudes.
Las autoridades gazatíes exigieron a la comunidad internacional suspender el funcionamiento de dichos centros de reparto, al considerarlos “trampas mortales”.
También pidieron una investigación internacional urgente sobre el presunto uso de estupefacientes como arma de guerra encubierta.