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Decir que “es tiempo de mujeres” sólo cuando no incomodamos al poder es una forma más de silenciar nuestras aspiraciones. Lo que de verdad incomoda no es el lema, es que una mujer esté dispuesta a disputar el lugar que históricamente ha sido reservado para los hombres. Porque cuando nos atrevemos a levantar la mano, a proponer nuevas reglas y a exigir espacios de decisión, ahí sí resulta “mal empleado” hablar de mujeres. Qué conveniente.
Ale Anguiano, política michoacana y defensora de los derechos de las mujeres, cuestionó que quienes minimizan la demanda de alternancia de género lo hagan desde el temor a perder privilegios.
“En más de 200 años, ninguna mujer ha ocupado la gubernatura en Michoacán. ¿De verdad no es el momento? ¿Cuánto más debemos esperar? La alternancia no busca quitarle lugar a nadie: busca abrirlo, por fin, a las mujeres que siempre han estado relegadas”, expresó.
Recalcó que etiquetar esta lucha como una maniobra política es una forma de deslegitimarla. “Esto no es personal. Es estructural. No estamos aquí para frenar carreras masculinas, sino para romper con la idea de que el poder se hereda entre los mismos grupos. La alternancia no es revancha: es justicia”, dijo.
Además, fue crítica con aquellas mujeres que se han opuesto a la propuesta desde una lógica individualista. “Ser la primera en algo no basta si al llegar cierras la puerta detrás de ti. Las mujeres no somos comodines ni adornos. No podemos estar a favor de los derechos cuando nos conviene, y en contra cuando incomodan a nuestros aliados”, sentenció.
Para Ale Anguiano, lo que está en juego no es un nombre, ni una candidatura, sino la posibilidad de que una generación entera de niñas crezca sabiendo que también pueden gobernar. “La ciudadanía está lista. Todas las encuestas lo confirman. Es tiempo de mujeres, no porque nos lo regalen, sino porque lo hemos luchado, lo hemos ganado y lo vamos a ejercer. Nosotras no pedimos permiso: exigimos justicia.”
