0
0
México, uno de los países con mayor consumo de agua per cápita a nivel mundial, se enfrenta a una crisis hídrica que se agudiza cada año.
De acuerdo con datos de la ONU Hábitat, el consumo promedio por mexicano es de 366 litros diarios, situándolo solo por debajo de Estados Unidos, Australia, Italia y Japón.
Mientras que en las grandes ciudades la mayoría de la población cuenta con suministro diario, en zonas rurales el acceso puede limitarse a tandeos semanales.
Se estima que entre 12 y 15 millones de mexicanos sufren carencia por acceso efectivo al agua potable, según el Coneval.
El cambio climático exacerba la situación, reduciendo las fuentes de agua, alterando el ciclo hídrico y aumentando la contaminación.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó en enero de 2025 que casi 300 municipios presentaban algún grado de sequía, siendo los estados del norte (Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Durango y Nuevo León) los más afectados.
La Conagua y ONU Hábitat proponen una serie de acciones sencillas para reducir el consumo doméstico y evitar el temido “Día Cero”:
- En el baño: Duchas cortas, cerrar la llave al enjabonarse, revisar fugas, usar sanitarios ahorradores.
- En la cocina: Lavar los trastes en un solo proceso, reutilizar el agua de lavado de frutas y verduras, usar lavavajillas solo con cargas completas.
- En la lavandería: Lavar con cargas completas, reutilizar el agua de enjuague, usar detergentes ecológicos.
- Riego y mantenimiento: Regar al amanecer o atardecer, usar riego por goteo, recolectar agua de lluvia y barrer en lugar de usar la manguera.
Adoptar esas medidas, sumado a la inversión pública en infraestructura y una mejor gestión de los recursos hídricos, es necesario para asegurar el acceso al agua para todos los mexicanos y evitar una crisis irreversible.
