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El domingo, las calles del centro de Los Ángeles se llenaron de voces y pancartas en una masiva manifestación que reunió a miles de personas para expresar su rechazo a las agresivas políticas de deportación implementadas por el presidente Donald Trump.
Con lemas como “¡Mi mamá no es una criminal por querer una mejor vida!” y “Dejen de separar familias, ningún ser humano es ilegal”, los asistentes se congregaron cerca del Ayuntamiento, bloqueando el tránsito en las calles Spring y Temple.
La manifestación dio inicio alrededor de las 13:00, con los manifestantes que ondeaban con orgullo banderas de México y El Salvador, acompañados de música tradicional y contemporánea.
La protesta fue una respuesta a las órdenes ejecutivas de Trump, que han intensificado la deportación de millones de indocumentados en Estados Unidos.
A lo largo de la manifestación, los participantes fueron apoyados por bocinazos de automovilistas que transitaban por el área.
La manifestación se desarrolló en gran parte de manera pacífica, con una presencia policial mínima y sin incidentes reportados por la policía de Los Ángeles, que confirmó que no se realizaron arrestos ni hubo heridos relacionados con las protestas.
En otras ciudades como San Diego y Dallas, también se registraron manifestaciones donde cientos de personas se unieron a la causa en contra de las políticas del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos).
En respuesta a las protestas, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, reafirmó el compromiso de la administración Trump de priorizar la seguridad nacional y combatir la inmigración ilegal.
