
La inseguridad en Morelia alcanzó niveles alarmantes la semana pasada, evidenciando la ausencia de una estrategia sólida por parte del gobierno municipal.
Tres ataques simultáneos a centros nocturnos dejaron un saldo de tres personas fallecidas.
En otros hechos, se registraron dos homicidios: uno en Fuentes de Morelia y otro en Lomas de la Huerta, este último durante un intento de robo de vehículo.
Para culminar una semana violenta, disparos en la zona de Camelinas sembraron pánico entre la ciudadanía.
La respuesta del comisionado de seguridad municipal, Alejandro González Cussi, fue ampliamente criticada por ser insuficiente y tardía.
En un hecho sin precedentes, González Cussi reconoció que la Policía de Morelia está rebasada y aceptó la necesidad de coordinarse con el Gobierno de Michoacán, encabezado por Alfredo Ramírez Bedolla, y con el Gobierno de México, liderado por Claudia Sheinbaum.
Sin embargo, estas declaraciones contrastan con las acciones del alcalde Alfonso Martínez Alcázar, quien hasta ayer minimizaba la urgencia de establecer dicha coordinación, asegurando que la situación estaba bajo control.
Este panorama se agrava al recordar que en diciembre de 2024, el municipio dejó pasar la oportunidad de recibir 76 millones de pesos del Fondo para el Fortalecimiento de la Paz (Fortapaz), ofrecidos por el Gobierno de Michoacán a cambio de trabajar de manera conjunta.
En ese momento, Martínez Alcázar justificó su decisión al preferir mantener a González Cussi al frente de la Policía de Morelia, rechazando los recursos necesarios para enfrentar la crisis de violencia que atraviesa el municipio.
La creciente inseguridad posiciona a Morelia como el principal foco rojo en homicidios dolosos en la entidad, poniendo en tela de juicio la capacidad del gobierno local para garantizar la seguridad de sus habitantes.
Ante este escenario, la ciudadanía exige acciones contundentes y una coordinación efectiva entre los tres niveles de gobierno para devolver la tranquilidad a la capital michoacana.