
José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay y figura emblemática de la izquierda latinoamericana, falleció este martes a los 89 años en Montevideo, a causa de un cáncer de esófago que le fue diagnosticado en 2023.
Reconocido mundialmente por su estilo de vida austero y su discurso honesto, Mujica fue un político atípico que dejó una huella imborrable tanto dentro como fuera de su país.
Exguerrillero del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, Mujica pasó casi 15 años preso durante la dictadura uruguaya, y tras recuperar la libertad se volcó a la política institucional, donde llegó a ser senador, ministro y presidente (2010-2015).
Durante su gobierno impulsó reformas progresistas de gran impacto, como la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y la regulación del cannabis, colocando a Uruguay en el centro del debate internacional por los derechos civiles.
Su forma de ejercer la presidencia lo convirtió en un símbolo mundial: vivía en su chacra rural, manejaba un viejo Volkswagen y donaba gran parte de su salario.
“No soy pobre, tengo pocas cosas para poder ser rico con lo que tengo”, decía.
Esa coherencia entre sus palabras y acciones lo volvió una figura respetada más allá de las ideologías.
Tras retirarse de la vida parlamentaria en 2020 por motivos de salud, Mujica siguió siendo una voz consultada, especialmente en momentos de crisis.
Su muerte deja un vacío difícil de llenar en la política regional, pero también un legado de honestidad, compromiso social y sentido humano de la vida pública que seguirá inspirando a futuras generaciones.