
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, provocó indignación nacional al mencionar la boda pospuesta de su hijo Avner como símbolo del “costo personal” que su familia paga por la guerra con Irán.
Sus declaraciones se dieron en un mensaje televisado desde el hospital Soroka, impactado por misiles iraníes.
Netanyahu comparó la situación actual con el bombardeo alemán sobre Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial, evocando el espíritu de resistencia británico.
Aseguró que su esposa es “una heroína” por acompañar a su hijo en este sacrificio familiar.
Las reacciones no se hicieron esperar. Familiares de soldados caídos y ciudadanos en duelo calificaron los comentarios como insensibles.
Anat Angrest, madre de un joven secuestrado, recordó que su sufrimiento no ha sido simbólico, sino vivido durante más de 600 días.
La oposición política también reaccionó. El diputado Gilad Kariv acusó al primer ministro de narcisismo, mientras periodistas señalaron la falta de empatía y desconexión emocional de Netanyahu frente a una sociedad en duelo colectivo.