
El norte de Japón volvió a sacudirse con un sismo de magnitud 6.7 que reactivó los protocolos de emergencia en una región aún afectada por temblores recientes. La alerta de tsunami fue emitida de manera preventiva y retirada después, al observarse olas menores.
El epicentro se ubicó frente a la costa de Aomori, a unos 20 kilómetros de profundidad, zona que forma parte del Anillo de Fuego del Pacífico. Aunque no se registraron daños de consideración ni víctimas directas, las autoridades reiteraron la necesidad de mantenerse alertas.
La Agencia Meteorológica de Japón advirtió que “la actividad sísmica continúa activa” y pidió a residentes y visitantes seguir medidas de prevención, sobre todo en áreas costeras. Horas después del movimiento principal se reportaron múltiples réplicas.
Infraestructura crítica, como trenes de alta velocidad y centrales nucleares, fue inspeccionada sin detectar anomalías relevantes. Los sistemas de monitoreo seguirán en operación permanente para anticipar nuevos riesgos y proteger a la población.
