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La reforma laboral en México proyecta reducir la jornada semanal de 48 a 40 horas para 2030, sin afectar el salario de los trabajadores. Esta medida busca mejorar la calidad de vida y aumentar la productividad laboral.
La presidenta Claudia Sheinbaum respalda la iniciativa y destacó que su implementación será gradual, contando con consenso entre empresarios y trabajadores. El objetivo es que la transición sea ordenada y beneficie a todos los sectores.
Se han realizado foros en distintas regiones del país para analizar la mejor manera de aplicar la reforma.
Empresarios y sindicatos participan activamente para asegurar que los cambios no afecten la operación de empresas ni la economía nacional.
Expertos consideran que la jornada reducida permitirá una mayor conciliación entre vida laboral y personal, así como un incremento en la eficiencia de los trabajadores. El gobierno seguirá supervisando el proceso de implementación.
