
Los principales diplomáticos de Rusia y Estados Unidos se reunieron para discutir la posibilidad de poner fin a la guerra en Ucrania y mejorar las relaciones diplomáticas y económicas entre ambos países.
El encuentro, que reflejó un cambio bajo la administración del presidente Donald Trump, incluyó al secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y al ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
Rubio destacó que ambos países acordaron perseguir tres objetivos: reintegrar el personal en sus respectivas embajadas, establecer un equipo de alto nivel para apoyar las conversaciones de paz sobre Ucrania y explorar una cooperación económica más estrecha.
Sin embargo, Ucrania no estuvo representada en la reunión, lo que generó reacciones por parte del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, quien dejó claro que su país no aceptaría ningún resultado de las negociaciones sin su participación activa.
Las relaciones entre Rusia y Estados Unidos se han deteriorado en años recientes, sobre todo tras la anexión de Crimea por parte de Moscú en 2014 y la invasión a gran escala de Ucrania.
Las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados europeos han afectado gravemente la economía rusa y debilitado las embajadas de ambos países.
Rubio sugirió que la finalización del conflicto podría abrir nuevas oportunidades de asociación entre ambos países, en un intento de desmarcarse de la estrategia de aislamiento que caracterizó la administración del expresidente Joe Biden.
La reunión del martes allana el terreno para una posible cumbre entre Trump y el presidente ruso, Vladímir Putin, aunque aún no se ha fijado una fecha.