
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró públicamente que los conductores no serán responsables si atropellan a manifestantes que bloqueen carreteras durante protestas contra las redadas migratorias.
En un pódcast, el republicano afirmó que cualquier persona que se sienta amenazada por una multitud tiene derecho a huir para proteger su seguridad, incluso si ello resulta en lesionar a quienes obstruyen la vía.
DeSantis calificó estas protestas como ilegítimas y subrayó que no se tolerarán acciones que afecten la movilidad y calidad de vida de los ciudadanos.
El gobernador elogió el actuar de las fuerzas del orden en el estado, al señalar que han respondido con rapidez y eficacia para dispersar multitudes. “No tienen derecho a tomar las calles”, declaró.
Florida, añadió, mantiene una política de “tolerancia cero” hacia este tipo de movilizaciones, a las que calificó como perturbadoras y potencialmente peligrosas.
En paralelo, el fiscal general de Florida, James Uthmeier, anunció un programa para proteger a los agentes de inmigración federal (ICE) frente a las protestas convocadas para el fin de semana.
Desde una rueda de prensa, afirmó que el estado no permitirá disturbios como los ocurridos en otras entidades del país.
“No somos California”, sentenció, al recordar que en Florida ya se cuenta con legislación específica para sancionar este tipo de expresiones sociales.
Dicha legislación, la Ley para Combatir el Desorden Público, fue aprobada en 2021 tras las manifestaciones por el asesinato de George Floyd.
Aunque su aplicación ha sido cuestionada por organizaciones civiles por limitar el derecho a la protesta, las autoridades estatales la defienden como una herramienta preventiva.
El anuncio se da en vísperas de nuevas protestas contra ICE y del desfile militar organizado en Washington por el expresidente Donald Trump, en el marco del 250 aniversario del ejército estadounidense.