
Un reciente estudio publicado en Communications Psychology revela que el recuerdo de los sueños no depende únicamente del tipo de sueño, sino también de factores como la actitud del soñante, la frecuencia del pensamiento divagante y la estación del año.
Los investigadores estudiaron durante 15 días a 217 adultos sanos y emplearon herramientas psicométricas y dispositivos portátiles para medir la calidad del sueño y la función cognitiva.
Entre los hallazgos más relevantes, se identificó que quienes tienen una actitud positiva hacia los sueños, son proclives a la divagación mental y experimentan sueño ligero, tienden a recordar más fácilmente que soñaron.
Por el contrario, la edad y la interferencia cognitiva al despertar influyen más en la rememoración de contenidos específicos.
Uno de los descubrimientos más llamativos fue el patrón estacional: los participantes recordaban más sueños en primavera y otoño que en invierno, sin que esto se debiera a cambios estructurales en el sueño.
Esto sugiere que el momento del despertar y las condiciones mentales al hacerlo podrían ser determinantes.
La investigación se suma al creciente debate sobre la relación entre la calidad del sueño y el recuerdo onírico.
A pesar de que la mayoría de las personas sueñan a diario, la posibilidad de rememorarlo al despertar varía considerablemente.
Además, dormir bien sigue siendo un reto para millones: hasta el 80 % de la población española no logra un descanso óptimo, según diversas estimaciones.