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Un reciente estudio revela que la tasa de natalidad actual podría no ser suficiente para garantizar la supervivencia a largo plazo de la humanidad.
La preocupación por la superpoblación, dominante en los años 60, ha dado paso a una inquietud real: la baja natalidad.
Mientras que las campañas de control demográfico lograron reducir la tasa de fertilidad mundial, un estudio publicado en PLOS One advierte que la cifra de reemplazo poblacional (2.1 hijos por mujer) ya no es suficiente.
Liderado por el investigador Takuya Okabe, el estudio revela que, considerando las variables de la vida real como la infertilidad, la mortalidad prematura y la decisión de no tener hijos, la tasa de fertilidad necesaria para evitar la extinción silenciosa se eleva a 2.7 hijos por mujer.
De no alcanzarse esa cifra, la consecuencia sería una lenta erosión demográfica, con la desaparición gradual de apellidos, lenguas y culturas.
El informe de la OMS, que revela que uno de cada seis seres humanos es infértil, agrava aún más la situación, especialmente dada la desigualdad en el acceso a los tratamientos de fertilidad.
Factores como el estrés y la precariedad laboral también impactan negativamente en la natalidad.
Los investigadores sugieren que, incluso con una fertilidad de 2.1 hijos por mujer, la extinción sigue siendo una posibilidad.
