
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la tasa de trabajo asalariado en México alcanzó 66.7 % de la población ocupada al cierre de 2024, la cifra más alta desde que se comenzó a medir este indicador en 2005.
El aumento, que representa un crecimiento anual de 0.6 %, consolida una tendencia positiva que se ha mantenido durante tres años consecutivos.
En total, 420 mil 168 personas se incorporaron al trabajo asalariado en el último año, lo que demuestra que ese segmento ha sido el principal motor del crecimiento del empleo subordinado.
Aunque el incremento es importante, se ha visto opacado por una menor incorporación de trabajadores en comparación con los años anteriores, donde se superaron los un millón de nuevos asalariados en 2022 y 2023.
La de 2024 se convierte así en la incorporación más baja desde 2014.
Por otro lado, el saldo positivo del trabajo subordinado se vio respaldado por reducciones en otros tipos de ocupación, como el trabajo por cuenta propia, que disminuyó en 487 mil 954 puestos, y el empleo no remunerado, que perdió 247 mil 718 ocupaciones.
A pesar de los avances en la tasa de trabajo asalariado, el panorama general del empleo no es óptimo, ya que se generaron únicamente 83 mil 599 puestos de trabajo en todo el año, la cifra más baja en una década.
Sin embargo, la tasa de desocupación experimentó una leve disminución, estabilizándose en 2.6 %, su nivel más bajo en un cuarto trimestre desde que se tiene registro.