
La reciente muerte de dos jóvenes fotoperiodistas en el festival AXE Ceremonia, a causa del colapso de una estructura, expuso la precariedad laboral que enfrentan millones de jóvenes en México.
Tras el incidente, la empresa involucrada negó la relación laboral con las víctimas, deslindándose de toda responsabilidad.
De acuerdo con datos disponibles, al menos 3.3 millones de jóvenes entre 15 y 24 años trabajan en la informalidad. Si bien una cantidad aún mayor se encuentra empleada en el sector formal, la problemática persiste debido a las condiciones laborales precarias.
El coordinador de la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno, Esteban Álvarez, señala que 7.6 millones de jóvenes en México tienen trabajos precarios, caracterizados por la falta de seguridad social y salarios insuficientes.
Álvarez destaca que muchas empresas no asumen sus responsabilidades laborales, amparándose en prejuicios sobre la “falta de experiencia” de los jóvenes.
Un estudio de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza revela que la mitad de los jóvenes en México están excluidos de un trabajo digno o en riesgo de estarlo, sumando alrededor de 16 millones de personas, a quienes definen como “jóvenes oportunidad”.
Cuatro millones están fuera de la escuela, 8.7 millones carecen de educación media superior y 5.1 millones están fuera de la escuela y sin trabajo, además de tener rezago educativo.
La situación se replica en América Latina, donde la tasa de desocupación juvenil es tres veces mayor que la de los adultos, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La OIT recomienda fortalecer la formación profesional, promover políticas de empleo juvenil y reforzar la protección social para reducir la brecha laboral juvenil, y destaca la necesidad de ampliar los sistemas nacionales de cuidado para facilitar el acceso de las mujeres jóvenes al mercado laboral.