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El Gobierno del presidente Donald Trump ha revocado oficialmente el programa de estudiantes y visitantes extranjeros de la Universidad de Harvard, impidiéndole matricular a personas extranjeras a partir de ahora.
La medida fue comunicada mediante una carta firmada por la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, en la que se informa que la revocación tiene efecto inmediato.
La decisión representa una nueva escalada en el enfrentamiento entre la administración federal y Harvard, que en los últimos meses ha sido blanco de críticas por parte del gobierno por presuntamente tolerar expresiones antisemitas en su campus.
Además, la Casa Blanca ha señalado a la institución por no permitir la diversidad ideológica y promover políticas de inclusión sexual y racial que, según el gobierno, resultan “excluyentes”.
La universidad no ha emitido aún una respuesta oficial, pero diversas voces del ámbito académico han calificado la medida como un ataque a la autonomía universitaria y a la libertad educativa.
La comunidad estudiantil extranjera, que representa un sector significativo del alumnado en Harvard, se verá directamente afectada por esta disposición.
Esta acción del gobierno federal podría tener repercusiones más amplias en el sistema de educación superior de Estados Unidos, al sentar un precedente en la relación entre el Estado y las universidades privadas, especialmente en lo relativo a la internacionalización académica y la libertad institucional.
