0
0
La escalada en Oriente Medio dio un giro crítico este lunes tras el ataque con misiles lanzado por Irán contra la base aérea de Al Udeid en Catar, una de las instalaciones militares más estratégicas de Estados Unidos en la región del Golfo.
El ataque fue confirmado por el ejército iraní como una represalia directa por los recientes bombardeos a sus instalaciones nucleares atribuibles a Washington e Israel.
Las autoridades qataríes informaron que los misiles fueron interceptados a tiempo y no se reportaron víctimas ni daños graves, gracias a los sistemas de defensa antiaérea activos en la base. Sin embargo, el acto marcó un punto de inflexión.
Fuentes diplomáticas indicaron que Irán había filtrado la operación a través de canales diplomáticos como gesto para limitar las consecuencias internacionales.
Aun así, el mensaje fue contundente: Teherán está dispuesto a responder directamente ante cualquier agresión a su infraestructura nuclear.
En Washington, el presidente Donald Trump se reunió con altos mandos militares en la Sala de Situación de la Casa Blanca y aseguró que cualquier nueva acción iraní “será enfrentada con una respuesta inmediata y contundente”.
El Pentágono ya ha desplegado refuerzos defensivos en la región y emitido alertas para personal diplomático en Oriente Medio.
Con este ataque, Irán muestra que su estrategia no es solo defensiva sino disuasiva, mientras que Estados Unidos enfrenta crecientes presiones internas e internacionales para evitar una guerra abierta.
Las próximas horas serán decisivas para contener una escalada mayor o precipitar una confrontación directa.
