
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este jueves una orden ejecutiva que busca desmantelar el Departamento de Educación, dejando únicamente en funcionamiento sus funciones consideradas “críticas”, como la gestión de becas y préstamos estudiantiles.
Frente a la secretaria de Educación, Linda McMahon, a quien calificó como “la última” en ocupar el cargo, Trump argumentó que la educación “debe volver a los estados”, asegurando que estos se encargarán mejor de su gestión.
“Vamos a devolver la educación a los estados, que es donde debe estar. Es una medida de sentido común”, insistió el mandatario.
La orden ejecutiva, si bien no elimina completamente el departamento (lo que requeriría una ley del Congreso), instruye a McMahon a tomar medidas para desmantelarlo, argumentando que la burocracia federal no está funcionando y que Estados Unidos, a pesar de gastar más por alumno que otros países, se encuentra rezagado en términos de éxito educativo.
Trump alegó que el 70 % de los alumnos de octavo grado no son competentes ni en lectura ni en matemáticas y criticó el elevado presupuesto discrecional del departamento.
La orden busca devolver la autoridad sobre la educación a los estados y comunidades locales, garantizando la continuidad de servicios, programas y beneficios.
También exige que cualquier fondo federal del Departamento de Educación se gestione acorde con la legislación federal y la política de la administración, poniendo fin a la discriminación bajo la etiqueta de “diversidad, equidad e inclusión” o programas que promuevan la ideología de género.
Trump aseguró que las becas Pell, la financiación del Título I y los fondos para estudiantes con discapacidades se “preservarán en su totalidad y redistribuirán a otras agencias y departamentos”.