
El presidente Donald Trump advirtió que Estados Unidos derribará cualquier aeronave venezolana que represente una amenaza a sus operaciones en el Caribe.
La declaración ocurrió tras el sobrevuelo de cazas F-16 venezolanos sobre un destructor estadounidense, acción que el Pentágono calificó de provocativa.
Como respuesta, Washington desplegó diez aviones F-35 en Puerto Rico, fortaleciendo las operaciones antidrogas en la región y elevando la tensión con el gobierno de Nicolás Maduro.
Trump rebautizó al Departamento de Defensa como Departamento de Guerra y dio a su secretario, Pete Hegseth, autoridad plena para actuar.
El episodio ocurre días después del ataque de la Marina estadounidense contra una lancha atribuida al Tren de Aragua, en el que murieron once presuntos criminales. Con este giro, la relación bilateral se encamina a una fase de confrontación abierta en el Caribe.